Subiendo los escalones que llevan a lo alto de la cascada, el camino transcurre siguiendo al río. Algunas veces por su lado derecho y otras por el izquierdo, cruzando pequeños puentes de piedra o de madera lacados en rojo. El bosque es de acers y el musgo cubre todo el suelo de las orillas de río.
Vamos encontrando pequeños templetes y zonas donde sentarse y descansar.
Por el camino se van viendo antiguas entradas a las minas de plata, aunque estan cerradas y la mayoría de ellas derrumbadas.
Tras poco rato andando llegamos a una esplanada donde hay un mapa de la zona indicando las entradas a las minas que se pueden visitar. También hay un estanque con unas ranas a las que tirar monedas e intentar que la moneda se quede con las ranas en lugar de irse al fondo del estanque. Supongo que será para tener buena suerte o pedir algún deseo.
Llegamos a la entrada principal de las minas de plata. Aunque no hay vigilancia ni vemos a mas gente, se ve bien reforzada e iluminada, parece muy seguro entrar a verlas. Aunque habiendo tenido un terremoto tan fuerte hace un par de dias... no tengo muchas ganas de estar demasiado rato allí dentro... si vuelve a moverse el suelo aunque sea un poco me faltarán piernas para salir!!
Por dentro son espectacualares, suerte que llevamos un paravientos porque hay mucha humedad y hace frío. Todo es de tono verdoso y amarillento, parece que estamos comenzando la aventura de "Viaje al centro de la Tierra".
A la salida de la mina, continuamos el camino que va rodeando la colina. Hay alguna otra entrada que también puede visitarse aunque sólo acceden a una pequeña cármara del tamaño de una pequeña cueva. El camino vuelve a dejarnos en la esplanada, y regresamos por el mismo camino que sigue al rio hasta el ryokan.
Nos damos un baño para descansar los piés, y nos ponemos los yukatas para ir a cenar.
La cena tipo kaiseki es ESPECTACULAR!!! Originalmente kaiseki era una comida vegetariana que acompañaba a la ceremonia del té, pero hoy en día también se refiere a una cena compuesta de multitud de pequeños platos, y que también contiene pescado y carnes. Se realiza con productos de temporada y combina tanto platos frios como calientes.
Como nos gusta mucho el vino tinto, hemos acompañado la cena con una botella de vino hecho en japón. Tal vez no es lo mas apropiado para una cena kaiseki... pero ha sido un vino bien curioso de probar.
Al final de la cena nos han regalado una fuente de fruta.
Y antes de ir a dormir, otro bañito viendo las luciérnagas en el bosque de acers:
Por la mañana también nos sirven un desayuno excelente. Todo el personal es la mar de simpático, y sienten mucha curiosidad por nosotros. Como Japón está organizando las siguientes Olimpiadas, todos conocen Barcelona por las Olimpiadas del 92, y sienten mucha curiosidad por hablar conmigo sobre como se organizaron. Yo fuí voluntario olímpico, así que nos acompañan mucho rato durante el desayuna para hablar con nosotros. Finalmente, nos hacemos una foto para sumar a la lista de recuerdos en el ventanal con las mejores vistas, según nos dicen.
Hoy el día está un poco lluvioso y triste, como nosotros por dejar este fantástico pueblo. En lugar de coger el autobús, un chófer del hotel nos lleva directamente a la estación de tren de Oishida, la verdad es que no pueden ser mas amables con nosotros. Nos vamos a pasar una noche en Yamagata antes de estar unos dias en Tokyo, en la siguiente entrada os explico mas cosas!
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