viernes, mayo 15, 2015

Viernes 15 Mayo 2015 - Ginzan Onsen 銀山温泉 - 1ª Parte

Hoy dejamos Sendai y vamos a darnos un relax de lujo en un Onsen. Pasar una noche en una buena casa de baños a medio viaje, con bañera de aguas termales en tu propia habitación si es posible, y una buena cena kaiseki, es el mejor reconstituyente que hay. Puro relax y bienestar para el cuerpo.




El pequeño pueblo de Ginzan Onsen se desarrolló alrededor de una mina de plata (de ahí su nombre), pero hoy en día es conocido por sus casas de baños termales, todas juntas y alineadas a cada lado del rio. Toda la zona es pedestre, no hay mas calles que los dos laterales del río con pequeños puentes rojos que cruzan de un lado al otro. Hayao Miyazaki se inspiró en detalles del Notoya (una casa de baños del centro) para su película "El Viaje de Chihiro".





Para llegar desde Sendai cogemos el tren de la linea Senzan hasta Yamagata. Es un EMU (Electric Multiple Unit) como los trenes locales o regionales que acostumbramos a ver por todo Japón. Allí camiamos al shinkansen Tsubasa hasta Oishida, servicio prestado por un E3 serie 1000. En total son un par de horas de viaje:


KUMOHA E721

Shinkansen Tsubasa E3 1000 series

En Oishida preguntad en el centro turístico para coger el autobús hacia Ginzan Onsen. Los carteles que había en la estación no estaban actualizados y por suerte la chica nos pudo confirmar el horario y de dónde coger el autobús. La parada está justo al salir de la estación a mano izquierda.

Como todavía falta una hora para coger el autobús y ya son las 12:30, buscamos un sitio para comer. A la derecha de la estación hay un pequeño restaurante de ramen, curry, tortillas de arroz... bastante variado y bien de precio.





Y a las 14:10 cogemos el autobus desde la parada que está pegada a la estación, al lado contrario del restaurante. Hay una pequeña construcción que es una sala de espera. El viaje cuesta 710 Yenes que se pagan en el mismo autobús, y los horarios se pueden consultar aquí: http://www.hanagasa-bus-taisei.co.jp/base.html



Como somos los únicos pasajeros llegamos antes de lo previsto. Todavía falta media hora para las 15h, que es cuando podemos hacer el Check-in. Nuestro hotel es el Ginzanso, que está a la entrada del pueblo y justo delante de la parada donde nos deja el autobús. 

Siempre es estupendo alojarse en un Onsen-ryokan. El personal es de lo mas amable y te tratan como entre algodones durante toda tu estancia. Cuidan hasta el último detalle y están siempre pendientes de cualquier necesidad que puedas tener para que tu sólo te relajes, no pienses en nada y disfrutes de la experiencia. Siempre dentro de la formalidad y maneras japonesas..... pero creo que les hemos roto un poco los esquemas!! XDDDD

Nada mas entrar la recepcionista se nos quedó mirando con cara un poco de asustada, pero cuando me presenté y comencé a hablarle en mi pobre japonés de golpe le cambió la cara con una sonrisa de oreja a oreja, alegremente sorprendida. y llamó al dueño del hotel para atendernos mejor (!!o para que viera qué tipo de clientes habían llegado!!). Lo primero que nos preguntaron era de dónde veníamos, cómo habíamos sabido de este sitio y cómo habíamos llegado hasta allí sin coche. Los únicos extranjeros a los que están acostumbrados son también asiáticos, y algún americano muy de tanto en cuanto que va acompañado de algún japonés que conoce el lugar. El resto de personal y clientes también nos miraban de manera divertida, definitivamente nos encontramos fuera de lugar, pero todo de manera muy divertida.

Nos asignan una mujer que será nuestra especie de "ama de llaves", y nos lleva a la habitación. Nos explica como funciona el baño privado que tenemos en la terraza, toma nota de la hora a la que queremos cenar y desayunar, nos trae unos yukatas de nuestra medida, y nos prepara un te matcha con unos dulces para que descansemos mientras acaba de arreglar la habitación para nosotros. De nuevo, nos vuelve a preguntar sorprendida de dónde somos, cómo hemos ido a parar allí, dónde he aprendido a hablar japonés....




Después de tomarnos el té, todavía no nos cambiamos de ropa porque queremos ir a visitar las minas de plata. Andamos desde el comienzo del pueblo, en dirección contraria al curso del río. Hay un par de baños públicos y varias tiendas y cafeterías donde sentarse a tomar algo.









A medio camino está el Fujiya ryokan, es el único que rompe un poco la estética del resto de edificios tradicionales, aunque no desentona entre ellos. El diseño es precioso y muy moderno, pero incorpora los elementos y materiales tradicionales de los edificios colindantes. Fue diseñado por el arquitecto modernista Kuma Kengo, y aunque hay gente en contra, yo lo encuentro precioso y nada fuera de lugar. Creo que es una mezcla perfecta de modernidad y tradición.







No tardamos mas de 15 minutos en llegar andando tranquilamente al final del pueblo. Aquí hay una tienda de recuerdos y de artesanía en madera preciosa. Tienen las famosas muñecas "kokeshi", tradicionales de la región de Tohoku. Típicamente se regala una muñeca kokeshi a los recién nacidos, con la peculiaridad que la muñeca se elije del mismo peso y estatura que el bebé. La mujer de la tienda también se queda tan sorprendida de vernos allí, que incluso nos hace unos regalos.





Detrás de la tienda se acaba el pueblo, y hay una cascada de agua espectacular de 22 metros de alto y la primera de las entradas a las antiguas minas. Mirando un plano que hay en un panel, se puede andar hasta arriba de la cascada y recorrer el bosque y llegar a otras entradas de las antiguas minas de plata:







Comenzamos a ascender el camino que sube a la cascada, pero el resto del recorrido por las minas y la cena lo dejo para una siguiente entrada. Gracias por leer mi blog!!



No hay comentarios: