Llegamos al mediodía, justo a las 14h para hacer el check-in. Y después de descansar un rato, nos dirigimos de nuevo a la estación para ir a ver Matsushima. Nuestro plan era ir hasta la estación de Hon-Shiogama, desde donde salen ferrys que recorren las islas de Matsushima y te dejan cerca de la estación de MatsushimaKaigan.

Matsushima es un conjunto de unas 250 pequeñas islas (shima) cubiertas de pinos (matsu), y es considerada una de las tres mejores vistas de Japón. Gracias a todas estas islas, sufrió menos de lo esperado por el tsunami del 2011 ya que actuaron de protección. Aún y así hubo muertos, e impresiona mucho ver los carteles pidiendo colaboración para identificar cadáveres de los que todavía no conocen su identidad ni nombre. También en muchos locales y casas está marcado el nivel al que llegó el agua.
No sabemos si es porque es Martes, o porque la gente ha decidido quedarse en casa por el mal tiempo, o porque nosotros somos unos inconscientes, pero llegamos a Matsushima a las 16h y no hay nadie, ni siquiera en el centro de información. Por suerte hay un guarda en la estación con el que hablamos (parece estar bastante aburrido por la falta de llegada de turistas), y nos consigue un plano y nos explica un poco qué vale la pena ver con el poco tiempo que tenemos.
Las vistas son impresionantes, tienen bien merecido el puesto de estar entre las tres mejores de Japón. Resulta muy curioso ver la roca desnuda sobresalir del agua, y encima cubierta de pinos porque parece que no tengan subsuelo donde enraizar.
De hecho, gran parte de las raíces están a la vista enmarañándose entre ellas mismas y con las del resto de árboles. A las ramas parece que les hayan dado forma, y todo esto junto hace que visto desde un poco de distancia estas pequeñas islas parezcan tiestos de Bonsai flotando en el agua con los árboles árboles dispuestos en la forma exacta que quiso algún maestro con gran pericia.
La isla que visitamos está llena de pequeñas cuevas con tallas hechas en la misma roca, y pequeños altares y esculturas aquí y allá.
Y poco mas nos queda por hacer, porque no hay abierta ni una tienda de recuerdos ni un restaurante donde cenar. Así que con un café volvemos a Sendai a descansar, y mañana será otro día.
Senseki Line 205-3100 series |
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